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Siempre está bueno saber cuando termina una etapa y comienza la otra. Cerrar capítulos, concluir historias. Lo principal es lograr aceptar que algo se termina, y así dejar ir cada momento para poder esperar lo que vendrá. Es imposible estar en el presente si queremos volver atrás, si extrañamos el pasado. Ni siquiera tendríamos que querer saber por qué suceden algunas cosas. De lo que pasó, es fundamental desprenderse. Las cosas pasan, y tenemos que tenerlo claro.
No se puede quedar estancado en un momento, nada se puede repetir. No sos el mismo hoy de quién fuiste hace dos días, o meses, o un año. No hay nada a qué volver realmente. Finaliza etapas, no dejes historias abiertas. Ni vos vas a estar igual, ni el entorno al que te gustaría volver, porqué todo es dinámico. Nada ni nadie es realmente indispensable. Ni un objeto, ni una persona. Nada de eso es realmente un básico para nuestra subsistencia, aúnque si para nuestro bienestar emocional. Vos pensá, que cuando naciste, esos vínculos dependientes no existían, y estabas bien igual. Todos nos aferramos a alguna persona, o a algún recuerdo y se complica acostumbrarse a ciertos vacíos. Y por más que duele dejarlo ir algo, hay que aprender a soltarse, no es sencillo pero se puede: nada ni nadie es indispensable.