
—Pero te amo.
Ella sonrió con dulzura. Le soltó la mano para acariciarle suavemente la mejilla.
—Yo también te amo. Sólo que a veces el amor no es suficiente.
Él con el rostro pálido, guardó silencio cuando ella terminó. En aquella larga pausa entre ellos, ella comenzó a llorar.
—No puedo quedarme. A pesar de lo mucho que los dos lo deseemos, no puedo.
Las palabras lo golpearon con fuerza. De pronto él sintió que la cabeza le daba vueltas.
—No... —dijo con voz entrecortada.
Ella se levantó con decisión, a sabiendas de que debía marcharse antes de que perdiera el valor. Afuera comenzaba una ligera lluvia con bruma.
—Tengo que irme.
Se colocó el bolso al hombro y comenzó a caminar hacia la puerta.
1 comentario:
que matadas
jaja
te amo
y espero verte maniana
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