lunes, 14 de diciembre de 2009
¿Crees en el amor a primera vista?
Yo conozco la historia de un tipo que se enamoró desde una ventana. Es la historia de un hombre, vive en México, en el D.F., trabajaba en la octava planta de un edificio, en unas oficinas en el centro de la ciudad.
Un día, estaba con la mirada perdida en el smog del D.F. cuando bajó la mirada del cielo a la calle; o más bien del smog al cielo, porque allí estaba ella, la dulce Carola, de belleza soberbia, radiante cruzaba la calle, y a sus pasos se detenía toda la ciudad. En frente, había un edificio en obras, y todos detenían su ritmo frenético para observar aquella mujer.
Un obrero estuvo tentado de lanzarle un piropo, pero el de al lado le dio un codazo para callarlo; tal era el silencio litúrgico que imponía esa mujer. Y el hombre se quedó embobado mirando aquella mujer, cruzando la calle… Ella iba pensando en lo suyo, pensando quizás en lo duro que iba a ser su nuevo trabajo en el restaurante de la esquina. Se quedó embobado viendo cómo la puerta del restaurante devoraba a aquella mujer menuda, y supo él que nada sería igual.
A la mañana siguiente, después de haber estado toda la noche pensando en aquella mujer, salió a la ventana, se asomó… Y allí la encontró. Y aquella cita era diaria, aquella cita se convirtió en una obsesión; día a tras día él se asomaba a la ventana y la veía pasar, se preguntaba como sería ella, como sería su vida, como despertaría, como dormiría. Pasaban los días, y pasaban los meses, y mi amigo a veces creía percibir el perfume de ella desde lo alto del edificio. Creía escucharla tararear una canción y la melodía le perseguía durante todo el día. Y pasaban los meses, y pasaron años… Y él siguió asomado a la ventana, preocupándose cuando la veía caminar bajo la lluvia sin paraguas, preocupado cuando la creía ver mas delgada… Paso mucho tiempo, y muchas veces estuvo tentado de bajar los ocho pisos para decirle a aquella mujer, que: ¡que diablos! que la amaba. Pero no lo hizo.
Y paso mucho tiempo, cuatro años asomado a la ventana, y planeando el momento preciso para acercarse a ella… Y por fin tomo una decisión: sería este día. Ese día terrible, se sorprendió un poco cuando no la vio pasar por debajo de su ventana, pero aún así se fue a buscarla al restaurante; buscó a Carola entre las mesas pero no la encontró, así que preguntó al encargado. Le dijo que Carola se había marchado, no del restaurante, del D.F… Se había ido a Acapulco con su familia, y no iba a volver más…
Y así supo del sabor amargo de la derrota. Supo que aquella mujer no volvería a cruzar por debajo de su ventana, y subió los ocho piso arrastrando los pies, y no se sorprendió cuando en la octava planta encontró a todo el mundo alborotado, de un lado para otro, frenéticos. Alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos en la calle. En un día había perdido todo: la mujer que amaba, el trabajo,… Volvió para casa, no muy sorprendido, todo encajaba. El mundo se derrumbaba y lo hacia todo de una vez.
Durante mucho tiempo estuvo abandonándose en casa, sin saber que hacer, y solamente pensando en la dulce Carola. Primero sin el valor para salir a buscarla a Acapulco, y luego sin la plata necesaria. Pasó otro año, 5 años desde que vio a Carola por primera vez, y decidió, pues, tomar una decisión. Empezó a buscar trabajo, pero él tenia 39 años, y en México no es fácil encontrar trabajo a esa edad, porque ya no eres el joven agresivo que buscan las empresas, y en todas las entrevistas de trabajo le decían que no y que no. Así que decidió tomar una decisión que cambió su vida. Decidió buscar a un coyote (un coyote en México es un tipo que se dedica a negocios turbios). Veran, buscaría a un coyote para que le hiciese una falsificación de la partida de nacimiento; él bien podría aparentar 34, así que le pediría al coyote una partida de nacimiento que dijera que tiene 34 para así poder acceder a algún puesto de trabajo. Así, se fue para la Plaza de Santo Domingo, cerca del Zócalo, donde están los coyotes... Y ahí estaba perdido, colgado de un lado para otro. Se acabó perdiendo entre las callejuelas, y apareció en un callejón inhóspito, en un portal antiguo, viejo. Observó como un anciano le sonreía y le hacia señas para que le siguiera. Siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un coyote. Le dijo: - yo soy tu hombre, sé lo que necesitas, - si ya se, necesito una partida de nacimiento que falsifique que tengo 34, - vale, vale, dame tus datos. Empezó a tomar datos, y mientras tomaba datos, el viejo coyote, le dijo:
-¿ Alguna vez estuviste en Acapulco?
Y a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el ácido del recuerdo, - Nunca.- El viejo le dijo: ” Veras, yo vivo cerca de la autopista hacia Acapulco, cerca de Tepozán, ¿Conoces la curva del autopista?” ¿conocéis la leyenda, verdad?, la del fantasma que hacía autostop en el mismo sitio, que se subía en el primer coche y desaparecía en la misma curva en que se mato... Aquella carretera estaba deshabitada. Casi nadie pasaba por allí por miedo al fantasma. El asintió, y el viejo le dijo: “Pues verás, muchas veces he estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo... Espera un momento”. Y mi amigo, se quedó pensando en Acapulco y mil huidas. Al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos, y se fue para casa. Aquella noche sólo pudo dormir con el recuerdo de la dulce Carola.
A la mañana, el teléfono sonó bien temprano. Alguien al otro lado le decía: “Oye que tienes que venir a la reunión, que es urgentísimo, que tienes que estar aquí, vente para la oficina!”. Y colgó el teléfono, maldiciendo al tipo al otro lado de la línea: “¡la oficina!..bah”. El caso es que antes de despedirse, el coyote le había dicho: “Ten cuidado, vuelves a tener 34 años, no repitas lo errores”. Y pensó en las palabras del coyote mientras se despertaba; encendió la radio, y en la radio las noticias de otras veces... Mi amigo buscando los papeles del coyote; no los encontraba... De repente alguien dijo la fecha: era la de hacía 5 años. Bajó corriendo las escaleras y compró el primer periódico que vio. Miró la fecha... y era la de hacía cinco años. Volvía tener 34 años. Agarró el primer taxi que vio, se fue para su oficina volando, subió las ocho plantas corriendo, y allí estaba todo igual: su mismo despacho, la misma gente... Y la misma ventana. Mi amigo se acercó a ella, se asomó y su aliento se detuvo; como toda la ciudad, al paso de la dulce Carola. Todo empezaba de nuevo.
Ahí estaba, con todo el futuro por delante, o con todo el pasado, no se muy bien. Volviendo a mirar por la ventana y encontrándose con aquella mujer; ahora jugaba con ventaja, porque conocía los plazos del tiempo que le quedaba. Aún así, dejó pasar el primer año deleitándose, asomándose por la ventana, y planificando bien la declaración de amor; pensando en la pose precisa, en las palabras adecuadas, y dejó pasar el tiempo. Un día se presentó en el restaurante a la hora de comer, se sentó en la primera mesa que vio libre, y vio a Carola, deambulando entre las mesas, se acercó, se puso delante de él, y le dijo: “¿Qué desea?”. Aquel era el momento, ésa era su oportunidad, así que su garganta se tensó como una guitarra, y mirándola le dijo:
“Una sopa de cebolla y un filete de ráchela bien cocido, por favor”.
Carola tomó nota y se fue. Se estuvo maldiciendo toda la noche, así que al día siguiente, otra vez, sentando a la mesa, mirando a Carola, clavando sus pupilas en las de ella y diciendo: “una sopa de cebolla y unos tacos de camarones, por favor”. Y al día siguiente, armándose de valor: “Una sopa de cebolla sólo, por favor”. Y así, día tras día, asomándose por las ventanas viéndola pasar, y a la hora de comer asomándose a una sopa de cebolla… Y el tiempo pasaba. A veces creía que ella fijaba su vista en él, y entonces, ahhhh... entonces las palomas del parque volaban, los borrachos en las tabernas brindaban a su salud, los feligreses en las iglesias se abrazaban, y los soldados en primera línea de fuego se daban largos besos en la boca. Qué va. Ella no reparaba en él. Y pasaba el tiempo, pasaban los días, pasaban los meses, y pasaban los años, años de sopa de cebolla. Por fin llego el momento; no podía retrasar más la declaración. Al día siguiente Carola se iba, y aquella noche casi no durmió. Pero al día siguiente ahi se presento, se acercó a Carola como todos los días, y le dedico una sonrisa, quizás mas afectuosa que otras veces. El caso es que se hizo silencio un instante que pareció eterno, ahí pensó decir “Me gustas cuando callas por que estas como ausente”, o no se, quizás, “¿Por qué me despierto de madrugada mientras todos duermen?” Pensó en decirle:” Me dueles mansamente, me dueles, quítame la cabeza, córtame el cuello, porque nada queda de mí después de este amor”. Pensó en decirle simplemente: “Quédate conmigo, por favor”. Y por fin: “Una sopa de cebolla, por favor”. Era inevitable. Mi amigo comió la sopa de cebolla como un condenado a muerte, en calma y en silencio, y se fue para casa. Ni siquiera pasó por su despacho, sabia que la derrota era inevitable, y a mi no me sorprende mucho porque creo que alguien dijo una vez: que “los amores cobardes, no llegan ni amores, ni a historias; se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar”.
Al principio él se derrumbó, pero luego... Luego también, pero trató de buscar de nuevo al coyote para encontrar la posibilidad de... De yo qué sé. Y se fue para la plaza de Santo Domingo, y rebuscando encontró el nuevo callejón y el antiguo portal... Y no. Encontró una sucursal del Fondo Monetario Internacional; esos eran otros coyotes, no le interesaban. Así que recordó las palabras del viejo coyote: cerca de Tepozlan, recordó la curva del autostopista. Agarró el carro y se fue para allá. No se sorprendió cuando se encontró un poblado fantasma; aquel pueblo era una sombra del pasado, todo ruinas, abandonado desde hacía mas de 50 años. Empezaba a hacerse de noche. Sonrió, asumió la derrota y decidió volver a casa cuando ya era noche cerrada. Entró en el coche y, al poco de salir del pueblo, encontró a una chica haciendo autostop en el arcén. No lo dudó, paró, bajó la ventanilla, y “¿A dónde vas?”: - al D.F. – “Pues sube”, y al poco de subirse ella dijo: - tenga mucho cuidado en la siguiente curva. Y apenas pudo acabar la frase, porque en la última palabra sonó el reventón de una rueda, así que, se tuvo que hacer a un lado de la carretera, y dijo: “disculpa”… Y tenías que ver la cara del autoestopista. Porque la curva quedaba lejos.
Se detuvieron, él bajó a cambiar la rueda, y ella con él, y empezaron a hablar.. una conversación trivial, pequeñas cosas, que fueron creciendo como bolas de nieve hasta convertirse en grandes cosas - ¿Y tú de dónde eres?, - Pues yo del D.F., y él le preguntaba :”Y a qué te dedicas”, y ella decía: “antes estudiaba, pero ya no”. Al rato no sé que le estaría contando él porque ella se descojonaba de risa, y jamás nadie había tardado tanto en cambiar una rueda, la verdad. Y la noche pasaba, y él le empezó a contar la historia de la dulce Carola, del coyote, y de la ventana, y de la sopa de cebolla, y le decía a la mujer: “¿Te lo crees?”, y la mujer decía:
“Si yo te contara, yo sé lo que es desaparecer justo en el momento preciso, yo sé lo que es repetir la historia una y otra vez. Yo te entiendo”.
- ¿Tu crees en los amores a primera vista? – ¿acaso existen otros?
Aquella mujer, la autostopista era hermosa, no se si tanto como Carola, pero era hermosa, triste pero hermosa. Aquel silencio fue eterno, y él le dijo: volvamos al coche, te llevo al D.F. Y mientras se subían al coche, el pensó en decirle: “Quédate conmigo, huyamos juntos a cualquier sitio, empecemos de nuevo, yo que se!”, y quizás ella pensaba lo mismo, pero, sin embargo, dijo: “Ten cuidado con esa curva”. Y él tuvo mucho cuidado, paso la curva, y con los ojos fijos en la carretera, no se atrevía a mirar en el asiento de al lado. Quizás ella también se había marchado como la dulce Carola y volvía a estar solo, y sabiéndose solo, se dirigió hacia la autopista y cuando iba a entrar en ella escucho una voz al lado que decía:
“¿Alguna vez has estado en Acapulco?”
Miro en el asiento de al lado y ahí seguía ella, ahora estaba seguro, era mas hermosa que Carola, el contestó:” Nunca”, y ella le dijo: “Pues llévame”. Y se fueron, y así siguen en la carretera. No volvió a ver a Carola, porque lo importante no era Acapulco, lo importante era el viaje, y saber que hay que tener memoria para no repetir los errores y saber que la historia no se debe repetir.
Sobre los fantasmas, no sé si creer. Yo no sé si hay vida después de la muerte. Hay gente que se cuestiona si hay vida antes de la muerte. Yo personalmente me cuestiono si hay vida antes de las 12 de la mañana..
El caso es que por aquella carretera ahora pasan después de media noche, no se si existe un coyote que me devuelva a mi pasado, no creo, pero yo personalmente no dejare que pases por debajo de mi ventana sin pedirte que te quedes conmigo, ni que subas a mi coche sin que emprendamos una urgente huida....
domingo, 11 de octubre de 2009
At this moment, there are 6 billion, 4 hundred, 71 million, 8 hundred, 18 thousand, 6 hundred, 71 people in the world. Some are running scared.. some are coming home. Some tell lies to make it through the day.. others are just now facing the truth .... Some are evil men at war with good, and some are good.. struggling with evil.
6 billion people in the world,
6 billion souls,
and sometimes...
all
you
need
is
one.
jueves, 8 de octubre de 2009
miércoles, 23 de septiembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
sábado, 18 de julio de 2009
LA CRISIS
''No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar 'superado'. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafios, sin desafios la vida es una rutina, una leve agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de eso, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.''
Albert Einstein.
martes, 14 de julio de 2009
domingo, 14 de junio de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
El hombre es un animal de costumbre dicen.. Nos gusta la 'costumbre'. Cualquier cosa que nos saque de eso nos desconcierta.
Todo es cuestión de costumbre. Nos acostumbramos incluso a lo que nos hace mal. Mejor malo conocido que bueno por conocer, no?
Pero luego, a lo que no estamos acostumbrados, nos desconcierta, nos inquieta. ¿Para qué vamos a cambiar si así estamos bien?
¿Cómo haces de un día para el otro, para vivir sin eso que era la razón de tu vida?
Nos da pánico la idea de despertar y sentir que todo cambió, que nada es como era.
Cuando te acostumbras a un amor, a una piel, a un olorcito, a una sonrisa. Perder todo eso es como quedarte sin aire.
jueves, 21 de mayo de 2009
Una vez, hace mucho, me preguntaste qué era lo que buscaba en alguien. En realidad, eso depende, sé que no pretendo nada raro, ni imposible mucho menos...
Alguien que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, alguien a quien se le dibuje una sonrisa en la cara al verme, que no se aburra de charlar aunque pasemos cinco horas en el teléfono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, alguien con quien ir a tomar un café o a la costa, a caminar y sentir el viendo despeinarnos. Alguien a quien pueda besar tantas veces como quiera.
No me interesan los regalos, las fechas "especiales", las flores, ni siquiera los bombones, mientras me demuestre cariño y respeto; me conformo con saber que esté donde esté, separe lo que nos separe, siempre estará conmigo. Alguien que piense en mí y que cuando estemos juntos, me abrace tan fuerte que seamos dos en uno. Alguien que me haga reír hasta llorar, y me haga reír cuando no puedo dejar de llorar, alguien con quien reírme de las canciones cursis de amor mientras pensamos en los dos. Alguien que, aunque sea mentira, me diga que estoy linda cuando duermo o cuando recién me despierto, mientras canto, mientras pienso. Alguien que me entienda con una mirada, alguién que me comprenda.
Alguién así: como vos, conmigo.
Alguien que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, alguien a quien se le dibuje una sonrisa en la cara al verme, que no se aburra de charlar aunque pasemos cinco horas en el teléfono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, alguien con quien ir a tomar un café o a la costa, a caminar y sentir el viendo despeinarnos. Alguien a quien pueda besar tantas veces como quiera.
No me interesan los regalos, las fechas "especiales", las flores, ni siquiera los bombones, mientras me demuestre cariño y respeto; me conformo con saber que esté donde esté, separe lo que nos separe, siempre estará conmigo. Alguien que piense en mí y que cuando estemos juntos, me abrace tan fuerte que seamos dos en uno. Alguien que me haga reír hasta llorar, y me haga reír cuando no puedo dejar de llorar, alguien con quien reírme de las canciones cursis de amor mientras pensamos en los dos. Alguien que, aunque sea mentira, me diga que estoy linda cuando duermo o cuando recién me despierto, mientras canto, mientras pienso. Alguien que me entienda con una mirada, alguién que me comprenda.
Alguién así: como vos, conmigo.
miércoles, 13 de mayo de 2009
martes, 5 de mayo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
Jamás permitas que ningun hombre te esclavise: naciste libre para amar y no para ser esclava. Jamás permitas que tu corazon sufra en nombre del amor. Amor es un acto de felicidad ¿Porque sufrir? Jamás permitas que tus ojos derramen lagrimas por alguien que nunca te hara sonreir. Jamás permitas estar horas esperando a alguien que nunca vendra, aunque te lo haya prometido. Jamás permitas que tu nombre sea pronunciado en vano por un hombre cuyo nombre ni siquiera sabes. Jamás permitas que tu tiempo sea desperdiciado con alguien que nunca tendra tiempo para ti. Jamás permitas oir gritos en tus oidos. ¡El amor es lo unico que puede hablar mas alto! Jamás permitas que pasiones desenfrenadas te lleven de un mundo real a otro que nunca existio. Jamás permitas que otros sueños se mezclen de los tuyos, volviendolos una gran pesadilla. Jamás te pongas linda y maravillosa a fin de esperar un hombre que no tendra ojos para mirarte. Jamás permitas que tus pies caminen en direccion de un hombre que vive huyendo de ti. Jamás permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, el resentimiento, los celos, el remordimiento y todo aquello que pueda sacar el brillo de tus ojos, te dominen haciendo enfriar la fuerza que existe dentro de ti. Y sobre todo jamás permitas perder la dignidad de ser mujer.
viernes, 27 de febrero de 2009
Ya perdoné errores casi imperdonables, traté de sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidables. Ya hice cosas por impulso, ya me decepcioné con personas cuando nunca pensé decepcionarme, más también decepcioné a alguien. Ya abracé para proteger, ya me reí cuando no podía, ya hice amigos eternos, ya amé y fui amado, pero también fui rechazado, ya fui amado y no supe amar. Ya grité y salté de tanta felicidad, ya viví de amor e hice juramentos eternos, pero también "rompí la cara" muchas veces! Ya lloré escuchando música y viendo fotos, ya llamé sólo para escuchar una voz, ya me enamoré por una sonrisa, ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y tuve miedo de perder a alguien especial (y terminé perdiéndolo) Pero sobreviví! Y todavía vivo!
No paso por la vida y vos tampoco deberías pasar... Viví! Bueno es ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivir con pasión, perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve.
Y la vida es mucho para ser insignificante!
viernes, 20 de febrero de 2009
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